Tuesday, October 23, 2007

Autumn leaves revisited...

"...Here must be somewhere that cigarettes burn through the night
And the leaves don't abandon their trees to the light,

Where the skies always clear,
And the summer never ends...

Won't you take me there............................?"


Autumn Leaves revisited - A city by the light divided / Thursday.

...siempre hay tiempo para jugar canasta.

D.


Tuesday, May 29, 2007

La puta madre...


La puta madre
por Carlos Franco


Roma, la de las siete colinas, era en aquel tiempo la Urb por antonomasia. Era el símbolo invertido de la ciudad, la anticiudad, es decir, la madre corrupta y corruptora que en lugar de traer vida y bendición atrae la muerte y las maldiciones.1


La ciudad y la madre son formas de la paradoja límite-protección. Ambas generan en torno a sus senos una fuerza de gravedad que retiene a sus hijos, por esta razón algunas diosas se personificaban ostentando una corona de murallas. Dentro de ellas se concebía al hombre como un peregrino entre dos ciudades y a la vida como un pasaje de la ciudad de abajo a la ciudad de arriba:


Babilonia la Grande, nombre simbólico de Roma (que contaba entonces con un millón de habitantes, y cuyo imperio alcanzaba su apogeo), es descrita como antítesis y contraste de la Jerusalén de lo alto <>2


Cuando la ciudad se corrompe entra al juego que se rige primordialmente por el símbolo masculino del dinero, inyectándoselo en distintos puntos de su cuerpo extravagante. Surgen en esos sitios los paisajes arquitectónicos que apuntan soberbios a la masividad o hacia el cielo. ¿Cuántas Ciudades de México, Nuevas Delhis y Cairos echan carnes; cuántos centros financieros del mundo construyen dedos para tocar el cielo o edificaciones quiméricas únicamente para denotar poderío? Y al llegar el síndrome de abstinencia, como en una marea baja, los habitantes de esos puntos modernísimos migran para poblar zonas aún más nuevas, dejando los caparazones para las siguientes generaciones animosas. Santa Fe es una promesa pasajera del futuro, otro Tlaltelolco: adquiriendo plusvalía con su halo de vanguardia, que de la misma forma se disipará.


Mientras tanto la madre infecta con su hedor de cloaca; su centro es el monedero. Tiene frenesíes de primer mundo en sus orgasmos pagados. Llegan más hijos a su amparo aunque los pezones ajados procuren solo babas con tufo a leche. Incluso nutre criaturas de otros países, aquellos que conocen otros trucos para mamar. Las promesas aun nos atrapan: zafarnos de la madre consentidora y celosa sólo puede suceder con un acto desquiciado.
Esta ciudad respira lento y su tos lleva sangre. ¿Qué bálsamo puede devolverla de su embotamiento mecánico? Es tiempo de que deje su maternidad prolongada artificialmente y acepte el siguiente estadio de su ciclo: que se convierta en arpía, habiendo sido ya una virgen expectante —cuando era transparente— y también madre dadora por muchos años. Fue codiciosa y al buscar perpetuarse el sino la desfiguró y atrajo las desgracias. La Ciudad de México, como muchas, lleva su vida grabada en la cara: en sus insinuaciones de lo que fue lozanía y en todos los intentos de embellecerse con cosméticos sin reparar en su carraspera de muerte. Que ceda ya su libro de sombras y que con él se erijan nuevas Brasilias y Curitibas, ciudades orgánicas que piensan más que en sí mismas, que no se asumen extrañas de la naturaleza y que emplean “la historia, el gusto y el ornamento” 3 en su edificación, como sugiere Tadao Ando, el arquitecto filosófico japonés, “reemplazando los métodos mecánicos, letárgicos y mediocres ante los cuales (las ciudades) han sucumbido...”4


Ya es inadmisible cualquier otra premisa, necesitamos ciudades a escala humana, concebidas como órganos sanos de una madre aún mayor, Gaia. En palabras de P. Geddes, “Ningún tipo de ciudad es admisible si nos quita la alegría de vivir.”


1. Chevalier, Jean, et al. Diccionario de los símbolos. Editorial Herder, S.A.
2.
Ídem.
3. Ando, Tadao. The Museum of Modern Art.
4. Ídem.

Tuesday, March 13, 2007

...y luego...?


Un injerto de piel, un espasmo contundente recorriendo la tierra... no termino, estoy harto... papas a la francesa, qué más da... la gordura de una vida con hambruna.

Solo veo luces en descampado al salir... ir tan rápido... no salir... ...no hay burbujas... ya na cesa...

Contesta mí pregunta... Quieres venir de nuevo?

D.

Saturday, January 20, 2007

Quiero darles un canto...

Echinodermata Phyrnophiurida Ophiuridea Gorgoncephalidae

Quiero darles un canto,
Mariposeo nocturno,
Invariables constantes de espanto.
Quiero hablarles de frente,
Y sollozar, entes que mueren,
Que carecen de encanto.

Hay tantos lugares de encuentro,
Placeres que siento,
Luces que incandesen y aves de fuego.

Quiero darles un canto,
Que desaparece, crece,
Tantas veces amanece,
Y se eleva en alborada…
Siempre muere.

Quiero abrazarlos,
Un trato,
Hermanos de viento,
Roces en el rostro,
Lloriqueos,
Ímpetus amorosos.

Quiero darles un canto,
Porque ya nadie viene,
Ni un encuentro,
Sorpresas,
La costumbre que ha cesado.

Quiero sofocarme en mí cuarto,
Con las ventanas abiertas,
Las cortinas corridas,
La cama ya hecha,
Las vigas maltrechas.

Quiero desaparecer mientras canto,
Y que me sueñen,
Me aparten,
Se enfermen.

Quiero saber de que lado,
Nos abrazaremos,
Arrastrando el cuerpo en cachos.

Tantas preguntas que surgen,
Tantos atardeceres,
Tantos cantos.
Tanta oscuridad en el día,
Ya no hay azules, ni verdes,
Ni luces de cielo,
De encanto.

Extraño lo diáfano,
Profundo,

Las sonrisas,
las lágrimas,

El manto que nos cubre cuando estamos.

D.