Thursday, November 09, 2006


Me disculpo porque mis palabras saben a muerte,
y blanco como copos un horizonte infinito ya no dispone,
ni un pensamiento, solo la tristeza que el desaparecer tiene.

Veo las aceras con ojos de luto, las luces se oscurecen,
las miradas me evaden,
tengo entre dedos el triunfo de una bala,
y el tiempo del profundo blanco.

Voces agudas que sonríen,
ah que me cago en Dios!
que ya no quiero ver,
nada ya quiero,
ni un silbido,
ni comida,
ni cuentos de hadas,
solo el paseo infinito,
un puño de polvo.

D.

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